La fortaleza femenina, como siempre ha sido.

Crecí en el campo, rodeada de árboles y gracias a mi madre quien era una amante de la naturaleza, me sensibilicé con todo lo que provenía de la tierra, los animales, las plantas y sus flores. Su delicadeza me han cautivado desde siempre, observar una hoja, oler unas flores o tocar la tierra húmeda después de un aguacero es algo que me ha ayuda mucho incluso hasta estos tiempos, ha conectar conmigo misma y en este artículo, les voy a contar por qué.

Fortaleza interior.

La naturaleza es sabia y por encima de cualquier expresión de pensamiento, estoy convencida que nuestra fortaleza como mujeres se refiere a mucho mas que la fuerza física, en el sentido literal.

Nuestra verdadera fortaleza está en nuestra capacidad de sostenernos en nuestra verdad, de amar y de proteger por encima de todo y de todos. Nuestra fortaleza es absoluta e infinita. Somos fuertes, apasionadas y encima, intuitivas… ¡y así es!.. porque nada mejor que una mujer para sentir que “algo” va a ocurrir, eso que la razón no entiende pero que desde el fondo de su corazón sabe qué es así y que debe seguir sus corazonadas.

No se trata de soportar ni de resistir algo que atenta contra nuestra naturaleza sino de saber que hacer para que el camino sea más fácil porque esa es otra de nuestras fortalezas: saber cuando y como andar ligeras, sutiles y delicadas pero dando pisadas siempre firmes y seguras… y si nos sentimos inseguras, es lo de menos porque por lo general, aprendemos a disimular muy bien.

El amor no es una debilidad.

Por el contrario, el amor es esa fuerza que nos enseña a tomar decisiones acertadas porque no me cabe la menor duda de que estamos en capacidad de elegir lo mejor para nosotras, solo hay que tener un camino guiado por los límites y la confianza en nosotras mismas. No importa si sale bien o mal si lo hacemos con amor es decir, si has decidido hacerte o hacer el bien, desde la intención y con el corazón.

Acertar es bueno pero equivocarnos es mucho mejor porque en la vida, aprendemos más de los errores que de los triunfos y esto nos fortalece el carácter y el espíritu.

Todo toma su tiempo.

Nuestra naturaleza es poderosa, de eso no me cabe la menor duda pero todo lo sublime, toma su tiempo.

Las rocas tardan años en esculpirse al igual que los ríos en formarse. Los árboles también toman mucho tiempo en ser inmensos y nobles para poder protegernos con sus frondosas ramas. Cuando me hablan de feminidad, de inmediato vienen a mi mente estos elementos porque de una manera u otra, así somos las mujeres: inmensas, poderosas, nobles y fuertes… si, muy fuertes mas por dentro que por fuera, es algo casi innato e indiscutible: una semilla sabe que será algún día un hermoso roble al igual que un ave que desde el nido, sabe lo que será, lo que es y lo que siempre ha sido… y nunca pierden su esencia y así es como reconozco a la naturaleza, siempre conectada con ella misma.

Y bueno, hablando de tiempo este mes quiero invitarlas a que dediquemos Tiempo para Cuidarnos, respetarnos y fortalecer nuestra verdadera esencia femenina con 4 momentos para rendirnos culto y en donde podremos sanar desde el interior, desde lo mas profundo, limpio y puro, para reafirmar y fortalecer nuestra naturaleza femenina, así como siempre ha sido. ¡Gracias por leer este artículo!

Cata.