Dar es darse amor.

Una vez escuché por ahí que la palabra “amor” era tan poderosa que no existían palabras para definirla… no lo sé, no estoy de acuerdo. Quizás puede tener varias interpretaciones pero para mí el amor significa “desear el bien”… de uno y del otro y aquí empieza este artículo que escribí para ustedes con todo mi amor pero también con la plena conciencia de que a veces confundimos el amor con otros sentimientos.

Desear el bien.

Desearnos el bien, es buscar lo mejor para nosotros mismos pero buscarlo de verdad. Desde niña me han enseñado que amarse tenia que ver con el auto cuidado, la belleza y la alimentación pero lo que aprendí años después cuando tuve a mi familia, me gustó aún mucho más. Cuando tuve hijos me di cuenta que el amor es mucho más que palabras bonitas o demostraciones físicas de afecto.
A mis 43 años, he aprendido qué amar también es ponerse límites, valorarse, esforzarse por ser mejor persona cada día, alguien que “viva para servir y sirva para vivir”como dice la frase. Amar a los demás nos enseña a entender qué no se trata de nosotros sino de una verdad, de un todo tan inmenso que muchas veces y por vivir sumergidos en nosotros mismos, no alcanzamos a ver. Ser generosos y empáticos y nos ayuda a ponerlos el lugar del otro, dejando de lado nuestros propios problemas, así como cuando un hijo, una madre o un esposo pasan por un mal momento, nosotras sacamos nuestro lado más noble para apoyar, escuchar y entender a los que de verdad amamos.

Amor propio.

A menudo confundimos el amor propio con ego, y la verdad es que nada tienen que ver. Amarte es cuidarte, desear y elegir siempre lo mejor, así el camino no sea el más fácil ni el más corto, pero algo muy  bonito que he aprendido y que hoy quiero compartirlo en este territorio de mujeres, es acerca de la satisfacción que sentimos de dar y darnos amor, la misma que nos lleva a redescubrirnos y a conectar con ese lado amoroso, cálido y femenino, así como siempre ha sido.Es por esto que, este mes vamos a recordar lo bonito que es amarnos, sin egos, egolatrías ni egoísmos… es decir amarnos de verdad para solo así vernos y sentirnos valiosas, desde los valores y no desde lo que tenemos.

El amor verdadero.

¿Cómo le reconozco?… tengo mis pequeñas claves, mis “pistas” para identificar cuándo estoy dando y dándome amor de verdad. Una de ellas es admirar lo que hacen los demás y hacérselos saber ya sea con una palabra, una sonrisa o un mensaje. Otra forma es escuchando a las personas, dejándolas hablar y permitiéndoles que se expresen y digan lo que sienten porque… ¿saben algo? Hablar cura el alma. El respeto es otra de mis formas de dar amor. Mas allá de las creencias o formas de pensar siempre evito juzgar bajo mis parámetros ya que considero que la verdad absoluta solo la tiene ese ser supremo la que llamo Dios. Por último les comparto la que quizás e sea más importante: dar sin esperar que me den nada a cambio, dar con el corazón y con el alma porque no me cabe la menor duda de que me estoy dando a mí misma.

Culto de amor propio.

Pensando en todo esto es que para febrero, Mes de los Enamorados y del Amor he creado para todas nosotras este momento de culto en el que me encantaría que conectaras contigo misma, dejando ver tu lado mas femenino y esencial. Las invito a que este mes en los que muchos celebramos el amor, lo hagamos amándonos, cuidando, respetando y escuchando a los demás para que solo así podamos hacerlo con nosotros mismos.